- 372-A Federico Garcia Lorca
Sal tú, bebiendo campos y ciudades,
En largo ciervo de agua convertido,
Hacia el mar de las albas claridades,
Del martín-pescador mecido nido;
Que yo saldré a esperarte, amortecido,
Hecho junco, a las altas soledades,
Herido por el aire y requerido
Por tu voz, sola entre las tempestades.
Deja que escriba, débil junco frío,
Mi nombre en esas aguas corredoras,
Que el viento llama, solitario, río.
De espuma, rey del monterío
Vuélvete a tus montañas trepadoras,
Sem comentários:
Enviar um comentário